Maggie la gata

Como muchos ya sabéis mi abuelita falleció en febrero y desde entonces he estado bastante tristona. Pero ese no es el motivo de que escriba en el gatoblog, el motivo es que mi abuela Irene tenía una gatita muy guapa que se ha venido a vivir con nosotros.
La historia de esta gata se resume en su nombre, Maggie. Los cinéfilos o amanates de Paul Newman (es decir, todas las féminas) o Lyz Taylor, sabrán que es el nombre de Lyz en "La gata sobre el tejado de zinc caliente", peliculón donde los haya. Unos amigos, también amantes de los gatos y demás faunas, viven en un piso cuyas ventanas dan a unos tejados. Un día de hace más de ¿12? años se posó en su alfeizar una preciosa gatita blanda medio de angora y con muchos mimos. No podían adoptarla, en ese momento tenían una gata (pelín fiera), una perra, dos pájaros...pero intentaron acondicionar la ventana a la gata con cajas y mantas...gracias a Eru era verano. Estos amigos sospecharon que la habían tirado de una ventana, pero como en este país no hay leyes para la protección animal, no pudieron hacer nada más que desearles lo peor a esos desgraciados, pero eso es otra historia.
La gata como es muy guapa, tenía mucho éxito entre los machotes del barrio y tuvo varios embarazos. De hecho, ya había tenido alguno antes de ir a parar a la ventana de estos amigos. Y eso que era demasiado joven.
Por otro lado, en mi familia el hecho de compartir nuestras vidas con los felinos se remonta a nuestros ancestros, y mi abuela Irene había perdido a su gata Christie tras 17 años juntas. Otro día os contaré la historia de la gata Christie.
Como es lógico, la tristeza invadía el corazón de nuestra familia y sobre todo el de mi abuela, pues ambas vivían solas. Mi madre y yo veíamos con preocupación como mi abuela cada día se encontraba peor, ¿a quien le deseas buenas noches?¿a quien saludas por las mañanas?¿quien tiene para tí un beso siempre incondicional?
Nuestros amigos tambien eran muy amigos de mi abuela y nos llamaron para que conocieramos a la gata sobre el tejado. Mi abuela no quería saber nada de gatos, pues no quería volver a pasarlo tan mal...pero aquella gatita estaba viviendo en un tejado, era medio de raza y, que no se ofenda nadie, pero los gatos de angora no son precisamente unos depredadores mortales. Sobrevivía gracias a los cuidados de estos amigos, que atendían sus partos y le daban de comer. Tuvo un gato GUAPISIMO, guapo guapo guapo, que finalmente se pudieron quedar estos amigos, y la gata sobre el tejado de zinc...bueno, el corazón de mi abuela no podía consentir que una gatita indefensa estuviera en la intemperie, y aunque a regañadientes, y siempre para que la gatita no estuviera sola, la adoptó.
Blanca, de ojos increibles y sobre un tejado...Maggie la gata, el personaje de Tenesse Williams voló sobre nuestro subconsciente y así la bautizamos, Maggie, Maggie la gata :)
Como ya era una gata adulta no era mucho esfuerzo para mi abuela, y encima siempre tiene mimos. Era perfecta.

Y ahora está en mi casa. Se adaptó bastante pronto, de hecho en cuanto le enseñé su cepillo salió del transportin para recibir su tributo. Y para colmo, el destino quiso que esa noche, su primera noche en mi casa, echaran por la tele "la gata sobre el tejado de zinc caliente".
Y estamos encantados, solo tiene un tipo de maullido ronco que no le pega nada, y deja pelos flotando por todos lados y la pobre tiene mal los huesos y los dientes por la falta de calcio de cuando los asquerosos la tiraron, pues dice el veterinario que seguramente la utilizaron para criar cuando era todavía demasiado pequeña.
Pero vive como una reina. Se ha hecho dueña y señora de la casa, le encantan unos pufs que compramos en Estambul (los orígenes, que tiran) y le gusta el picante, aunque luego vomita... Pero que os voy a contar, si todos teneís gatos y ya sabéis que son los reyes indiscutibles, nuestra conexión con la majestuosidad y la Belleza de la que hablaban en el Renacimiento.
Ronrroneos de parte de Maggie